Balenciaga: Shaping Fashion

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Se concentra en los años más creativos del maestro español Cristóbal Balenciaga la exposición “Balenciaga: Shaping Fashion” que el V&A Museum de Londres hospeda hasta el 18 de febrero de 2018. El foco está dirigido sobre los años 50 y 60 de la famosa Maison de Haute Coutureaunque se visita el entero periodo de la segunda posguerra a través de un centenar de vestidos y de veinte sombreros. La muestra está dividida en tres secciones: empieza por una parte dedicada al Salón y al Atelier, para después reconstruir la herencia Balenciaga a través de las creaciones de sus “protégées” como André CourrègesHubert de GivenchyOscar de la Rentay Emanuel Ungaro. Después se analizan los trabajos de los designers contemporáneos que trabajaron siguiendo su visión, incluidos Hussein Chalayan,  Azzedine Alaïa, ErdemRoksandaNicolás Guesquière y el actual director creativo de la firma, Demna Gvasalia.

La primera boutique Balenciaga abrió en San Sebastián en 1919, a la cual siguieron las tiendas de Madrid y Barcelona. Fue en esa época en la que se convirtió en el modisto de la casa Real, pero la guerra civil lo empujó a mudarse a París en 1937. Fundamental para la realización de la exposición fue la colección del famoso fotógrafo Cecil Beaton que se encuentra desde los años 60 en el mismo museo V&A.

Lo que sobresale de la exposición es cuan ecléctico fue Balenciaga, y la forma en que  amaba seguir el proceso creativo en su totalidad, trabajando día y noche: desde el diseño al corte y coser a mano hasta las terminaciones y los accesorios. Además, su búsqueda hacia la innovación continua lo empujó a probar nuevos géneros, en particular el “gazar” puesto a punto con la compañía textil suiza Abraham. Pero lo que más revolucionó fue la silhouettefemenina: no de casualidad lo llamaron “el arquitecto”, aunque sus creaciones tenían como objetivo liberar los vestidos y las mujeres de cualquier contrición. “La alta moda es como una orquesta y el director es Balenciaga. Nosotros, los otros diseñadores somos los músicos y seguimos las direcciones que él sugiere” dijo Christian Dior. Sus faldas son un clásico así como sus abrigos en forma de kimono y los cuellos estilo cisne. Pero lo que Balenciaga vuelve a inventar fueron las mangas, para “el Maestro” casi una obsesión: las creo de todo tipo,  desde  la reglan a las del kimono, desde las dolman hasta las estilo murciélago y  las puff sleeve. Un vestido del 1951 en piquet negro fue bautizado “Les Manches” porque se había construido empezando por las grandes mangas acampanadas. Tanta dedicación le valió también el reconocimiento de sus colegas: “Solo Balenciaga es un verdadero Couturier” afirmó Coco Chanel. Y Cecil Beaton sostuvo que fue él quien “creó el futuro de la moda”.

La exposición permite también una mirada totalmente nueva sobre el trabajo del gran maestro. Gracias a la colaboración con Nick Veasey (fotógrafo británico) ha sido posible descubrir los secretos que se ocultan a los ojos, fundamentales para el resultado formal y estético de sus creaciones. Nick, artista que utiliza los rayos X para sus creaciones, quería construir el primer estudio artístico móvil que aprovechase esta tecnología. Las piezas frágiles y preciosas, para cuidarlas en su total integridad, eran el sujeto ideal. Las radiografías, además de representar una modalidad poco invasiva y segura, dan forma a trucos jamas vistos, y seccionan la obra hecha y terminada estudiando minuciosamente las estructuras escondidas, pequeños recursos y soluciones geniales. Entre las piezas estudiadas, se encuentran algunas de las más icónicas como el vestidos rojo  en taffetà de seda del 1954 que revela sutiles círculos internos que sostienen la estructura compuesta de varias franjas, con una pericia artesanal sofisticada. O la toga de seda del 1967 en seda “zibline”, creada para Gloria Guinness, que esconde al ojo desnudo unas pesas sobre el lado anterior que donan un volumen abstracto y casi arquitectónico, acordando los manteles de los hombres de la Iglesia Española. O el magnífico vestido “La Tulipa”, en seda rosa, creado para la estrella de Hollywood Ava Gardner, hecho realidad gracias a un sutil trabajo utilizado para crear prendas de lingerie. Se han encontrado hasta unos alfileres tal vez olvidados, que nos hacen imaginar las manos de uno de los primeros fashion designer trabajando en su atelier.