Judith Leiber

La diseñadora, retirada en 1998, Judith Leiber ha logrado con sus icónicos diseños de minibolsos joya que sus creaciones sean objeto de culto, obsesión de coleccionistas y piezas de museo. Increíble? Nada más lejos, la vigencia de Leiber se puede palpar en las alfombras rojas y, claro, en la elección de las mujeres más glamourosas que lucen sus bolsos como complemento estrella.

Un  adjetivo que podríamos usar para definir la historia y el trabajo de esta magnífica diseñadora es visionaria. Su interpretación del diseño contemporáneo y su audacia han colocado su trabajo entre lo más destacados del fashion world. Desde la fundación de su empresa en 1963, esta húngara que logró sobrevivir al holocausto, se instaló en Nueva York donde supo desarrollar  carteras de fiesta concebidas respetando su formación en Europa: la artesanía y el cuidado por la exquisitez de los detalles. Leiber ha fabricado desde los formatos más clásicos hasta los que son su verdadera marca de estilo, los modelos con formas de casi todo lo imaginable y lo inimaginable también: frutas, animales, dioses hindúes, la lista es tan insondable como su creatividad.

Qué los hace tan atractivos? La combinación entre el diseño con guiño humorístico, su realización conformada por miles de cristales austríacos y su aire de objeto decorativo.

La firma ha contado a lo largo de la historia con el sí de cientos de estrellas, celebrities y primeras damas que han visto en los clutches y minaudières un símbolo de elegancia y graciosa sofisticación. Lógicamente han protagonizado momentos de sumo estrellato entre los que debemos mencionar el modelo en forma de cupcake que apareció en el film de Sex and the City.

Desde el 2005 Judith y su esposo, Gerson Leiber, artista plástico, exhiben su historia y las creaciones originales de la marca en su propia galería donde se puede admirar las obras de esta pareja de creativos.

Divertidísimos, originales y sobre todo símbolo de exclusividad y el lujo, las pequeñas carteras destellantes de las mil formas son atesoradas como auténticas piezas de arte.